SÁBADO TARDE DE TERROR. ME LLEVAN A UN PARQUE ACUÁTICO


Hola. Menudo fin de semana que he pasado. El sábado fue un día bastante terrorífico. Os voy a contar la aventura.
El sábado empezó como un fin de semana más, desayuné, me acicalé y entonces mi dueño me comento que iríamos a Portaventura. ¡Yupi! Habíamos quedado con unos amigos, allí nos encontraríamos.
Subimos al coche y en unos minutos ya estábamos en las instalaciones del parque temático.

Como siempre nos dirigíamos a la entrada del parque, cuando de repente veo que mi dueño no me sigue. Es como un niño pequeño, se entretiene con cualquier cosa. Le grité… ¡Eh! ¡Vamos! ¡Que nos esperan nuestros amigos! La entrada es por aquí.

Él me contestó que ya lo sabía, pero… es que no íbamos a entrar por esa entrada.
¿Cómo? ¡Pero si solo hay esa!
Con un dedo me señaló una dirección. Sigo la vista hacía donde apuntaba el dedo y…


¡OHHH! ¡Era la entrada del Aquatic Park, el parque acuático de PortAventura. Eso significa ¡AGUA! ¡Yo no entro!
Intenté salir corriendo de allí, pero no me dio tiempo, me cogió, mientras me decía, “No seas tan miedoso Travis, solo es agua y no tienes por qué mojarte”.
En un visto y no visto, ya estaba por primera vez en el interior del parque acuático.
La primera visión que tuve fue muy alarmante, una plaza, donde salían chorros de agua del suelo.

¡Glups!. Conseguí escapar del primer obstáculo, subiéndome al cuello de mi dueño y cogiéndome muy fuerte. Ya se, ya se, parecía un cachorrín pequeño, pero me es igual, no quería mojarme.

Muy pronto localicé la “salida de emergencia”, es muy importante saber estas cosas. En caso de ataque de pánico, ya se por donde podría salir.
Con mucha precaución empecé a pasearme por el parque, evitando siempre las piscinas y toboganes.

Pronto pude observar, en la distancia, toboganes de agua muy altos, bufff. Me temblaban las patitas. Mirad que me subo en la montaña rusa más alta del parque, el Shambhala, y en estos toboganes ni por todo los flaMs del mundo.

Todo el parque está rodeado por una especie de rio bastante tranquilo, donde la gente se puede sentar en un flotador y puede flotar. ¡que valientes! Mi dueño, también se subió, Jejejeje. Y es tan torpe que se cayó un montón de veces. Fue el único. Jijiji. Como me reía.

También hay un recinto cubierto, para poder bañarte sin sol o supongo que cuando hay mal tiempo la gente se refugiará allí.

Me hizo especialmente gracia una gran piscina que imitaba una playa, incluso había olas. Eso si, siempre viéndola en la distancia. Era bastante relajante, o eso solo fueron los primeros minutos, después pude descubrir, que había unos cañones de agua, que a intervalos regulares, lanzaban chorros de agua para refrescar el ambiente y a la gente.

Justo se dispararon cuando yo estaba allí, tuve que salir por patitas.

En cualquier punto del parque corría el peligro de mojarme por un motivo o por otro, mi dueño tiene unas ideas de bombero trayéndome a estos sitios. Al final opté por sentarme en una hamaca, tomar el sol y vigilar las bolsas y toallas.

Cuando salimos, lo primero que hice fue sentarme a la salida del parque y observar la fuente de la entrada, sentadito y bien lejos del agua. Respiré profundamente y me dije a mi mismo….

“Pongo a Dios por testigo que nunca más volveré a un parque acuático”.

Un hociquito a secas.

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