Los más veteranos del Comunicado sabréis que tengo una almohada muy especial. La almohada amarilla. Hace muchos años, cuando era un cachorrín, hubo una gran tormenta. Tan grande fue la tormenta que incluso hubo un pequeño tornado. El viento soplaba sin parar, y arrastraba todo lo que podía. Se le sumó lluvia y truenos. Estaba muy asustado.