VISITA AL ANFITEATRO DE TARRAGONA Y... NO VOY SOLO


Hola. ¿Sabéis donde he estado para hacer este comunicado?

En Tarragona. Concretamente esta foto esta tomada en el Anfiteatro romano de Tarragona.
Y… jejeje. No estaba solo.


Vino de Argentina mi gran amiga Cunegunda (Cune para los amigos), y estuve haciendo el turista con ella. Es muy pequeñita, así que tenía que tener mucho cuidado de ella, para que no se hiciera daño.
Uno de los sitios que más me gustó, fue este anfiteatro, y aunque lo tengo bastante cerca de casa, nunca me habían llevado. Cuando hace poco, tuvo lugar el acto “Tarraco Viva” que ya os conté, una de las cosas que me hubiera gustado ver era la recreación de lucha de gladiadores que se celebraba aquí, pero ni mi dueño ni yo pudimos venir.

A ver si el año que viene hay más suerte.
El anfiteatro fue construido a finales del siglo II d.C .
En él se disputaban todo tipo de espectáculos, como la munera (lucha de gladiadores) o las venationes, (luchas con animales), También cacerias, exhibiciones atléticas y suplicios de muerte (así como matanzas de cristianos).
Se construyó cerca del mar en la parte baja de la ciudad por su fácil acceso tanto para el público asistente a los espectáculos como para el desembarco en la playa de los animales usados para ellos. Está colocado en una pronunciada pendiente, aprovechando la roca para recortar parte de las gradas. En las demás partes donde no se podía aprovechar la topografía, las gradas se levantaron sobre bóvedas. Se combinó el uso de hormigón y el de grandes piedras.

Se sabe que en determinadas ocasiones se desplegaba una enorme carpa (velum) que protegía a los espectadores del sol.
Debajo de la arena donde se celebraba el espectáculo, en los sótanos inferiores, se hallaban unos montacargas que, mediante un sistema de poleas y contrapesos accionados por tornos, levantaban las jaulas con las fieras, los gladiadores o diversos elementos escenográficos de los juegos. En las fosas o sótanos también había zonas de descanso y de culto.

Durante el siglo V, y como consecuencia de la política religiosa de los primeros emperadores cristianos, el anfiteatro fue perdiendo sus funciones originarias. Un siglo después se aprovecharon las piedras de éste, sobre todo los sillares de la gradería, para construir una basílica cristiana de tres naves.
La invasión islámica abrió un período de abandono del conjunto hasta que, en el siglo XII, se erigió sobre los cimientos de la basílica visigótica un nuevo templo bajo la advocación de Santa María del Milagro. De estilo románico y planta de cruz latina, una sola nave y un ábside cuadrangular. La iglesia se mantuvo en pie hasta 1915. Quizá algunos entenderán ahora, porque justo la playa que hay detrás se llama “platja del miracle” (playa del milagro), alguna vez lo había preguntado y siempre me explicaban rocambolescas teorías.

A Cune le encantó y a mí también, al pisar la arena del anfiteatro, me imaginé que era un gran gladiador, como en la serie Spartacus, y que era muy fuerte. (Bueno yo ya soy fuerte y grande, quería decir mucho más fuerte)
Un hociquito romano

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