VOLVEMOS A VISITAR EL VIEJO ALGARROBO


Después de recuperar el primer fragmento de la magia de Navidad, los pequeñajos estaban contentos, no parecía una tarea tan complicada. Travis, Conejito y Mini ya estaban acostumbrados a las aventuras navideñas, pero Maxi es otro tema.



A parte de que era su primera Navidad y todo era nuevo para él, estaba superemocionado con la misión de los tatos mayores. Lo malo es que es demasiado pequeño para salir con ellos, así que cuando le dijeron que el vigilaría la magia que iban recuperando, estaba feliz. Una gran responsabilidad y con ello demostrar que era grande y fuerte. Ya sabéis como son los cachorrines pequeños, y Travis y Mini estaban tranquilos, pues en casa no podía pasar nada y no corría ningún peligro.

En cuanto la brújula recuperó su magia, se iluminó indicando la nueva dirección. Como era de esperar el primero en darse cuenta fue Maxi, pues todo el rato estaba pendiente. Unos ladridos de advertencia y enseguida todos estaban ya observando la localización del fragmento.


- Esta vez tendremos que ir un poco más lejos. Dijo Travis con un tono preocupado.
- ¿Qué pasa Travis?
- No te has dado cuenta Mini. Fíjate donde marca esta vez. Ya estuvimos allí el año pasado.

Mini observo atentamente la brújula. ¡Era cierto! Demasiada casualidad, pero no había duda ninguna, les indicaba la localización del viejo algarrobo, donde ya buscaron el año pasado los enigmas de adviento.

Así que una vez más se ponen en acción y Maxi… pues de guardia de nuevo.



Una vez llegados al lugar inspeccionaron el lugar, comprobaron que la brújula siguiera marcando la localización. Así era, la magia estaba muy cerca.


Se subieron al árbol, miraron por todas las ramas. Pero era imposible encontrar el fragmento.
Mini. Creo que deberías hacer lo del otro día. Usa tu varita para localizarlo.


Mini, pensó un momento que conjuro usar y levantó su varita mágica.


Viento del céfiro
Despeja el velo
Luz del atardecer
Muestra lo que quiero ver


Una vez más una luz cálida en volvió a todo el árbol. Miles de lucecitas lo rodeaban. 
Y muy pronto se fueron desvaneciendo hasta que solo quedó una. Allí estaba el fragmento. Ahora era el turno de Travis.


Aquello que el árbol escondió
ahora yo lo veo
capturo el fragmento
y vete a casa corriendo.

Mini, sonreía por debajo del hocico, cuando Travis se pone a hacer rimas mágicas, no siempre es el más acertado, pero no dijo nada, ya que el conjuro funcionó.

Y ya como ocurrió la otra vez, el fragmento de magia salió volando a toda velocidad. Lo habían conseguido.


Y en casa, Maxi vio como la luz entraba por la ventana, y la persiguió con ladridos por toda la casa, hasta que llegó al contenedor.



Parecía que los jóvenes magos habían capturado un fragmento nuevo y claro, según el punto de vista de Maxi… había acompañado a esa magia hasta su destino. Ladrándole para que no se desviara. Jejeje.



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