VIAJE A PARÍS. MUSEO DEL LOUVRE

Una de las primeras cosas que quería visitar en París era el museo del Louvre.

Es el museo nacional de Francia consagrado al arte anterior al impresionismo, tanto bellas artes como arqueología y artes decorativas. Es uno de los más importantes del mundo. Está ubicado en París (Francia), en el antiguo palacio real del Louvre.
Sus extensas colecciones son el resultado de un doble esfuerzo histórico. Al coleccionismo desarrollado por la monarquía francesa a lo largo de varios siglos, se sumó el esfuerzo de los hombres de la Ilustración, la labor desamortizadora de la Revolución francesa y las campañas arqueológicas y compras impulsadas durante todo el siglo XIX. La apertura del Louvre en 1793 significó, dentro de la historia de los museos, el traspaso de las colecciones privadas de las clases dirigentes (monarquía, aristocracia e Iglesia) a galerías de propiedad pública para disfrute del conjunto de la sociedad. Por ello el Louvre constituyó el precedente de todos los grandes museos nacionales europeos y norteamericanos, y de hecho fue el modelo para muchos de ellos. Es el museo de arte más visitado del mundo, muy famoso por sus obras maestras, especialmente La Gioconda de Leonardo da Vinci.
Así que ese día me vestí muy elegante, visitando un lugar tan importante, debía ir vestido para la ocasión.
Cuando llegué, lo primero que vi fue la famosa Pirámide de Cristal. Es la entrada al museo, aunque es relativamente nueva, fue construida en el año 1989. Tiene una altura de 20,6 m y un total de 673 paneles de vidrio laminado transparente divididos en 603 rombos y 70 triángulos.  La pirámide pesa 180 toneladas y la inclinación de las paredes es igual a las de las egipcias, 51 grados.
La cola para entrar era gigantesca, miré preocupado a mi dueño, no me apetecía hacer horas de cola para entrar, quizá mejor irse y volver al dia siguiente y mucho más pronto. Pero él me dijo que teníamos un pase que nos permitía pasar directamente. Menos mal. En un par de minutos ya estábamos en el hall de entrada.
El museo es visitado diariamente por unas 35000 personas, por lo que no quería perder tiempo, lo primero que quería ver eran las salas de pintura Europea y en concreto poder ver por fin la Mona Lisa. 
Siempre ha sido una pintura  intrigante por su extraña sonrisa, y aunque siempre supe que era una pintura pequeña, nunca supuse cuan pequeña era de verdad. Por otra parte y a pesar de la intriga permanente del porqué de su sonrisa, no fue la pintura que más me sorprendió porque siempre estuvo muy publicitada y para conocerla no había que ir al Louvre. 
Pero siempre tiene su encanto verla en directo. Sin duda era la sala donde vi más gente. Por los comentarios que escuché, había gente que solo entraba al museo para ver la Mona Lisa, La Venus de Milo y la Victoria de Samotracia. Y claro, estas zonas eran las más concurridas.
Pero es que simplemente pasear por el interior del museo es alucinante, es una explosión continua de cosas bonitas, solo en el interior del museo hice más de 150 fotos, y más que hubiera hecho.
Afortunadamente para mí, mi dueño sabe bastante de arte, por lo que me iba contando cosas interesantes durante nuestra visita.
No lo parece, pero en este museo se anda muchísimo, la última parte de la visita, la acabe en brazos, si ya lo sé, como una cachorrín pequeño, pero es que mis patitas ya no podían más.
Fue una visita maravillosa, pensé que haber empezado la visita de París por el museo del Louvre era un error, porque ahora todo lo que visitaría me sabría a poco. Aish... que equivocado estaba.



Petit museau





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