MI COLECCIÓN DE SABLES LASER.

Hola amigos.

Hoy me apetece presentaros una de mis aficiones.

Desde que vi la primera película de Star Wars, siempre me han fascinado los sables laser, y al principio, cualquier objeto que veía que podía recordar a un sable lo utilizaba enseguida, mis primeros inicios eran sobretodo los botes de los desodorantes. Aish! Que tiempos, cuando atizaba a mis dueños con el bote de Sanex. Y si se ponían pesaditos, les daba un chorro de desodorante para poder escapar.

Tanta era mi obsesión con los sables laser, que cuando cierta marca de cereales saco una promoción de juguetes de Star Wars en el interior de los cereales, me compraron el que salía un sable laser. Minúsculo pero un sable laser al fin y al cabo.

Pronto, ya se me empezó a quedar pequeño el sable laser, y le volví a coger afición a los botes de desodorante. Mis dueños se quejaban que se gastaban muy rápido así que volvieron a buscar una solución para mi afición laser. Y llegó el día en que una franquicia de hamburguesas, en su menú infantil regalaba de nuevo juguetes de Star Wars. Jejeje. Hice todas las caricas y cositas tiernas que solo yo sé hacer, para que me compraran un menú infantil de esos y… ¡SI¡ Salió un sable laser de los de doble hoja, como el de los malos, pero la verdad es que mola mucho. Menudas batallas le di al sable.

Pero ya el paraíso llegó hace unas horas, estaba yo en plan “espía” y me he encontrado en el fondo de un armario, bien escondido y bien envuelto un paquete. Ya sabéis que soy un cotilla de aúpa, y he mirado dentro… y ¡DIOSSSSSS! Es un sable laser de tamaño real, ya sé que me viene grande, pero es chulisísimo!!!. Las batallas que voy a montar con los peluches. Pero hay algo que me intriga más…. ¿Por qué mi dueño tiene un sable laser escondido?

Bueno chicos. Os dejo, tengo que liberar a la princesa Leia que está atrapada en la Estrella de la Muerte, y soy su única esperanza.

Firmado. Travis Kenobi.

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