MAÑANA DE TERROR

Esta mañana al despertar esta muy contento. Había tenido un buen sueño. Lo tengo un poco confuso pero en resumen, por algún motivo todos mis amigos venían a casa y me traían un flaM cada uno. Como vinieron todos mis amigos tenía muchos flaMs. Y no solo eso, es que me los comía, estaba disfrutando con el sueño y justo cuando me acabé el último flaM me he despertado con una sensación de felicidad.

Así que me he puesto mi ropita y me dirigía a la cocina para desayunar cuando he visto una cosa que me ha congelado la sangre. Mi gel de baño. 

Lo veo pocas veces al año, pero cuando lo veo siempre pienso lo peor. Además escuchaba a mi dueño trastear en el cuarto de baño.

Como ya me temía lo peor, he optado por no ir a la cocina y esconderme en una posición más estratégica a esperar acontecimientos.

Mis temores más profundos se han confirmado, mi dueño ha dejado junto a mi gel de baño el barreño donde me suele bañar. ¡UOH!

Cuando ha salido de la habitación, seguramente para buscarme, he corrido por la casa a toda velocidad, buscando un refugio seguro. Al final lo he encontrado, estaban las mantas apiladas en una de las butacas y me he acurrucado allí dentro y me he mantenido sigiloso. 

Tenía hambre, pero mejor permanecer allí oculto que delatar mi posición. Cualquier error por mi parte me podía costar un bañó.

Ha pasado más de una hora. Durante este tiempo podía escuchar a mi dueño, hacia ruidos y se notaba que tocaba agua, pues se oía escurrir agua. ¡QUE MIEDO!

Después nada. Silencio. ¡Que raro! Tanto silencio…. Mi poder cotilla, esta vez me estaba jugando una mala pasada. Por un lado quería seguir en mi escondite, pero mi poder cotilla me impulsaba a salir para ver lo que estaba pasando. No era normal tanto silencio. Al final mi poder cotilla ha ganado.

Así que muy sigilosamente he salido de mi escondite y he avanzado hacía donde antes estaba el barreño. Cuando he llegado allí…

¡BUFF!

He respirado tranquilo. Una vez más el gran Travis se ha escapado del baño. Mi dueño solo ha lavado ropa.

Recuperada mi normalidad me he dirigido a la cocina. Aunque había pasado mucho rato, mi desayuno no lo perdono. Jeje

Un hociquito temeroso.

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