TRAVIS Y LA MAÑANA DE REYES

Con un poco de retraso, pero aquí está la continuación del comunicado que me situó en el misterioso pueblo del oeste que al final resultó estar al lado mismo de Portaventura.
Y la solución al misterio es mi dueño. Decidió darme una sorpresa y regalarme un día mágico. Poder pasar la víspera de Reyes en el parque de atracciones e incluso poder dormir allí. ¡Que pasada!

Poder visitar este parque en fechas navideñas es precioso. Todo tiene su toque navideño, la decoración, las actuaciones… uno se impregna de la magia de las fiestas y ese día más, ya que esa noche es la más mágica del año, llegan los Reyes Magos.
Disfruté como siempre del parque y hasta pude ver allí mismo, la cabalgata de los Reyes Magos. Por si las moscas, cuando pasaron por delante les grité bien fuerte que esa noche no iba a estar en casa, que estaría en el hotel de Portaventura.
Esperé que me escucharan y me trajeran los regalitos al hotel.
Volvía al pueblo del oeste y busqué mi habitación. Por lo visto, la mayoría de los edificios son las habitaciones del hotel, encontré la mía en el edificio de la compañía de oro.
Todo el interior estaba decorado con motivos del Oeste. Desde los pasillos, que eran una vías de tren…
Como el interior, toda la habitación parecía una habitación antigua. Pero con todas las comodidades actuales.
Como buen osito me fui a dormir pronto, pero antes pude contemplar una linda vista desde la ventana de la habitación, el pueblo de noche. ¡Qué bonito!
Por la mañana me desperté bien prontito, esperaba encontrar los regalos de Reyes allí, pero antes miré por la ventana.
 Me dio la sensación de que realmente estaba en un lugar lejano y perdido en el tiempo.
Os pongo esta foto para que podáis comparar la vista nocturna de antes y la diurna.
Bueno… es hora de abrir los regalos.
Pero los regalos no estaban. La habitación era pequeña, así que no tenía muchos lugares donde buscarlos, el pasillo de entrada…
El armario…
No había regalos. Por lo visto los reyes no me habían escuchado y debían haber dejado los regalos en casa. ¡Qué rollo! Porque yo aún estaría en el parque todo el día.
Mi dueño llamó a la puerta, venía a darme los buenos días y a buscarme para ir a desayunar. Yo le expliqué lo de los regalos, pero él me dijo que en el oeste los reyes tenían la tradición de dejar los regalos en el cajón. ¿Cajón? ¿Qué cajón?
En la parte delantera de la cama había un gran cajón de madera, que cuando lo vi, pensé que era para sentarse. Pero ese cajón en realidad era un pequeño armario, yuju. Lo abrí, y si, allí estaban mis regalitos.
Este año los reyes me han traído muchos libros, el libro del Hobbit, unos cuantos comics, un gran libro de recetas de cocina y un despertador del Portaventura. Ya lo decía el año pasado, los reyes de Portaventura, aparte de los regalos que se les piden, siempre dejan un regalo sorpresa de PortAventura. ¡Mola!
Ahora que ya tenía mis regalos… mi estómago rugió con fuerza… ni me acordaba que tenía mucha hambre. Esperaba que el desayuno de allí no fueran dos tostadas y un vaso de leche.
Un hociquito mágico
P.D

Al final el desayuno era un gran buffet libre, me puse las botas, jijijiji.

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