EL FINAL DEL DÍA DE REYES. UNA COMIDA Y UN ROSCÓN


Hola. Después de abrir los regalos y trastear con ellos un buen rato. Mi dueño me recordó que era hora de ir a casa de unos familiares. Siempre, por tradición, vamos a comer allí ese día.
Así que dejamos los regalitos en casa y nos encaminamos hacia allí.
Como siempre la mesa esta puesta con un excelente gusto. 

El comedor fue el primer sitio que vi solo al llegar allí y ya no me moví. No perdía de vista la mesa y es que ya había dispuesto un montón de riquisísimas cosas. Mmmm. Intenté picar algo, pero siempre, cuando lo iba a intentar, venía alguien, y me hacía el despistado. No conseguí picar nada. Otro día tengo que venir antes, así con la excusa de ir poniendo la mesa, podría picar con mucho disimulo.
La comida estuvo fenomenal y los postres aún más. Aunque lo que más me gusta de este día, es el “Roscón de Reyes”.

Según la tradición, en el interior del roscón se esconden dos regalos. Uno bueno y otro malo. Por un lado una figurita de un rey mago y por el otro una haba. Quien encuentra la figurita es coronado rey y el que encuentra el haba…. Jejeje… debe pagar el roscón. Junto con el roscón viene una pequeña poesía que lo explica muy bien.

He aquí el Roscón de Reyes
tradición de un gran banquete
en el cual hay dos sorpresas
para los que tengan suerte.

En él hay, muy bien ocultas,
un haba o una figura;
el que lo vaya cortar
hágalo sin travesura.

Quien en la boca se encuentre
una cosa un tanto dura,
a lo peor es el haba
o a lo mejor la figura.

Si es el haba lo encontrado
este postre pagarás
más si ello es la figura
coronado y Rey serás.


La figurita del Rey muy pronto apareció. Podréis preguntar. ¿A quién le tocó? A un lindo osito del lugar. Jejeje. O sea… a mí.
Tuve mucha suerte. Y fui coronado Rey, además con una corona muy chula.

Y así pasamos la tarde, con risas y charlas. Al llegar a casa, aún llevaba la corona y la figurita. Luego la pondría en una estantería donde ya tengo la figurita del Rey del año pasado. Que día tan especial.

¡Ah! Y se me olvidaba. En la casa donde fuimos a comer, los Reyes también me dejaron un regalito más, una almohada muy chula con forma de angry bird.
Así que esa noche hice un doble estreno cuando fui a dormir. La almohada y el pijama. Algunos habíais pedido ver cómo me sentaba el pijama, así que aquí va esta foto con mucho cariño.

Un hociquito real.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi tía también tiene un Angry Bird pero de color celeste. Es increíble lo populares que son estos pajarracos molestos!
(a mí me gusta más el rojito :D)

Travis dijo...

Hasta ahora mi preferido era el negro... pero desde que he descubierto los angry bird de star wars... soy fan de todos!

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